martes, 3 de junio de 2014

Y así fue. Te tenía al lado mío como si fueramos uno, te miraba y me veía a mí envuelta en todo lo que sos.
Y me puse a pensar en cómo habíamos llegado a esta situación, cuánto lo habíamos imaginado, cuánto en nuestras mentes se movió y de repente con los ojos aún cerrados se dibujó un gesto en tu simétrica cara que no logré entender.
Igual, por qué necesitaba entender un gesto en tu cara mientras dormías? Es un poco ilógico, podría haber sido simplemente porque algo te hizo cosquillas en uno de tus cachetes colorados o a lo mejor estabas sumergido en un sueño, o pesadilla.
Y bueno, por qué yo no dormía y el sí? Bueno, no es que siempre quiero saber todo, no es que me intrigaba todo y constantemente estaba haciendo preguntas, pero pero al hacerlo, al observar ese gesto una sensación nada agradable que empezó por mi panza y se fue extendiendo hasta la punta de mis pies y las puntas de mis pelos alocados por la fricción con las sábanas y la almohada
me empezó a consumir.

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